martes, 29 de abril de 2008

Ya que no hay ánimo

Ya que no les veo ánimo de Penteo, espero les salga su Bacante interna y se diviertan despedazando el texto, despedacen por favor, a gusto y a volonté... No digan que les gusta o que no les gusta, sino despedacen y desmenucen:
Fábula de la que nunca acaba.

Quería empezar un cuento, escribir deslizando las teclas como mantequilla. Hoy por fin, tenía el comienzo:

Compartían la manía de nunca acabar. Como otros cuando gustan de hincar mordiscos nerviosos a las puntas de las uñas, o de hurgar en la nariz, ella alimentaba su hábito sin remordimientos.

La mesa de la cocina salpicada de panes mordidos en la orilla y dejados a medias, el librero de la sala adornado de libros con separadores a mitad y con páginas nunca leídas, el cuarto atascado de proyectos inconclusos, de sueños fracturados.

Era algo que aceptaba, preguntándose a veces por qué sería así, pero sin que le molestara en realidad. Creía que era un rasgo y nada más, como las que tenían el cabello claro, o la mirada despistada; algo que la hacía única y verdadera. A veces le había servido incluso para coquetear, para ganar alguna simpatía, algunos ojos húmedos de deseo.

Tampoco en la agencia le había traído problemas. Su jefe la toleraba porque su gran creatividad e inventiva suplían su falta de constancia. Había sido precisamente ella la que tuvo esa idea para el comercial de sopa instantánea y fue también ella quien sugirió el helicóptero con la lluvia de publicidad en el estadio, papeletas moteadas cayendo del cielo, como copos de nieve; la gente estirando al máximo los brazos flexibles para atrapar, con saltos y sonrisas ansiosas.

Tenía el trabajo perfecto para su carácter. Los abogados deben ser firmes, embusteros, los médicos fríos, sensatos, los publicistas dispersos, entusiastas de todo y finalistas de nada. El problema era ahora que quería ponerse a escribir; tenía grandes líneas para abrir y luego, letras sin acabar, puntos suspensi...

Todo empezó a complicarse tras las sesiones de sexo con Martín. Una cosa era no poder terminar una frase, dejar el arroz medio cocido, un boceto sin manos ni ojos, pero nunca terminar con Martín era algo que le preocupaba. Las últimas semanas habían estado fatal: ni un sólo orgasmo.

A la hora del buen sexo, ella se quedaba sin aire, azul. En el fondo de sus primeros gemidos y en el negro infinito de su esófago cantaba una nota roja, siempre la misma. La primera vez, todavía niña, la dulcificó pensando que no hacerlo sería de mal gusto. Y luego, cuando fueron constantes, cayendo una a una, gotificadas como en cascada, no supo cómo atenuarlas rompiendo en llantos de desmayo y muerte febril.

Pero ahora nada de eso pasaba, ni una gotita miserable. Pensó que no era ella sino el hombre. Cambió de pareja dos, tres, hasta cinco veces: nada. La entrada era maravillosa, pero por alguna razón, no había final feliz.
2

Esta noche verá a alguien nuevo, recomendado. Caminando hacia el lugar acordado piensa en las veces que ha tenido que fingir, la torpeza de todos esos amantes que le permiten imaginar listas y contarse los deberes de la semana, mientras ellos satisfacen su pequeñita gana.

Una vez adentro, en medio de aquella cama de paso, embarrada contra las sábanas blancas y su geografía de arrugas, su mente acechaba un orgasmo, una chispa, una ráfaga...Jura que esta vez...Murmura mentalmente...unos dedos como tenazas la devuelven aquí y ya dice que sí otra vez, ah, claro, que cree que sí, que qué gusto y que ah otra vez, hasta la sangre apagada del latido y el ah de la vena palatal, hasta la ay y la ey de tanto sentir la ay y la ey de ese cuchillo en su garganta y esa rosa en su pubis.

Ninguna rosa, no. No podía terminar con una imagen tan falsa, no había sentido...pero es que era tan difícil explicarlo con letras. Esas pequeñas hormigas laboriosas que no se prestan a los amontonamientos en hemiciclos abruptos...No podía escribir “rosa en su pubis”, tan cursi, tan hipócrita. Además no estaba segura si había... Era tan difícil distinguir entre el blanco de las sábanas y el del papel...Juró que terminaría pero seguía dando vueltas con eso de “la vena palatal”... y “ay”... ¿por qué no simplemente escribir orgasmo?.. Porque no era exacto, no era...como el cuchillo...que tampoco podía ser un “cuchillo”, no era nada, era un todo imaginado sin final, como su cuento que iba a terminar pero que aún no sabía cómo...



11 comentarios:

Pablo Martínez Zárate dijo...

No mucho por decir sino que me ha encantado . . . y dirección en torno a la prisión del lector en estas líneas he encontrado: celarlo hasta perecer.

Anónimo dijo...

Sobre todo tú que no me conoces ni yo te conozco, deberías animarte a decir qué no te gusta y despedazarme, pero bueno,se agradecen tus comentarios.

Si despotricas no me ofendo.

Salud y más Salud!

Pablo Martínez Zárate dijo...

AH... ¿eso crees? Pues me vale más la sinceridad, en verdad me ha gustado...y en tanto te conozca, verás que con mayor confianza te podré destrozar. Además, me siento poco apto para criticar cuando me detengo ante la escritura que ustedes, bola de imbéciles -en el buen sentido, el malo de la envidia-, despliegan.

Pero aprovecho: ¿qué no me atrapa del todo? ¿Por qué hablar de una maldita flor tan bendecida por aquellos que a fines de la edad media pasaron de la Azucena a aquella tan aburrida -ni siquiera "cursi"- que es la rosa? Más aún, ¿por qué una maldita flor y no una fruta, aunque sea podrida? Las frutas son más apropiadas para representar la tendencia al sexo -al órgano y su función, bueno, al menos eso creo y ya no estoy hablando de símiles imaginarios.

Por cierto, viva MINGUS!!!!!!!!!! y otros tantos que ya murieron y no necesariamente en México .....


Salud de vuelta, y también padecimiento ante ella, pues sólo así podremos respirar .... quizá...

Anónimo dijo...

Ves como sirve la provocación para hacer despotricar a la gente?

!viva la despotricación!..pues como dice Rimbaud je suis un autre y si ese otro se emputa muy su pedo..

Salud de nuevo.

Pablo Martínez Zárate dijo...

Shandy shandy shandy!!!!!!!!

Une soire . . . et autre et autre et autre et la beauté et la guerre pour la bouche!!!!!!

Guerre guerre guerre, shandyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!

Anónimo dijo...

felicidades por ese ánimo...espirituoso, colega.

ya seguiremos charlando, mientras, embríagate que no hay nada más que hacer en la vida o como decía el beatnik Gingsberg:

Roger, Spun, Drink, Nothing else matters.

Pablo Martínez Zárate dijo...

Recurro a escribir para que sus líneas sean destrozadas, inspiradas en el inter-acto aquí suscitado y en aquellas palabras que le escribiste a Federico . . . lo hago tan sólo porque el doctor ha prohibido el alcohol por un tiempo (problemas cardiacos) y así también me embriago . . . no sé qué sea peor -para el doctor, por supuesto-, si el lenguaje o el alcohol.

Lorenza Franco Rolón dijo...

Ábrome paso en esa conversación que habita casi en el anonimato preparando tenazas:

Pincho:

El título: fablar de fábulas exigiría moraleja... supongo el mérito está en no hacerlo, (quizá ya lo pensaste), pero para tal habría que transgredir el concepto de moraleja, el género de la fábula. marijó sabe de estas cosas, ya había hablado de la fábula alguna vez... o nomás es por fablar, fablar, eipein...

Narrador: es ella? es el escritor?
y ese compartían? sugiere de pronto otro personaje, pero es el narrador no? creo que queda confuso de pronto

Ella: hipercaracterización efectiva de la inconstancia. Casi plautónica, nada de terenciadas, ni inversiones, ni progresividades, lo cual apoya la transgresión de la fábula pero no la culmina.
Ella: inmutable: lo cual atenta contra un posible nudo en la narración... ¿Lo buscas en "Una vez adentro....su pubis"? ¿o de plano hay una abolición de todas las categorías convencionales de la narración?

la superposición de las sábanas y el papel: me parece una excelente manera de darle ese carácter metalingüístico, pero no se si está logrado a través de todo el cuento. Siento la transición de […]su pubis. // a "Ninguna rosa, no" muy abrupta y siento que es el punto central del cuento.

El párrafo favorito: A la hora del buen sexo... muerte febril.

Estilo: distinto entre 1 y 2. Lo cual le da ritmo, pero siento acelerada la parte 2 y menos trabajada que la primera. ¿Ella es inconsante por acelerator, por confusa, ensimismada?

Final: in mediam rem, me gusta! perfectirijillo!

María Jo dijo...

Varios comentarios en mente, lucidez inmediata sólo para uno de ellos:

las fábulas sí exigen moraleja.

Me queda claro el juego metatextual -nada raro en karlik, por supuesto-, ¿por qué llamarle fábula a algo similar? La fábula es tan...simplona.

No es lo más interesante pero ya regresaré con sinapsis más afortunadas.

María Jo dijo...

Será el pinche mosco que visita mi cuarto lo que me inspira a hacer los comentarios de una vez:

(tomo en cuenta todos los comentarios previos)

1. Más que confirmado tu gusto por los juegos (retos)metatextuales, al modo de un matemático que goza con los problemas difíciles. Procuraremos tomarte fotos cuando ciego, querido Karlik. Mi interpretación del juego metatextual es la siguiente: la narradora-autora y su creación (mujer-personaje) están en el mismo nivel, así cuando una no termina sus actos, la otra lo disfruta, es cómplice. Una a la otra se complacen en dejar episodios inacabados. No hay una jerarquía realidad / ficción. O bien, los actos del personaje son creados por la autora-narradora como una forma de satisfacer su propia compulsión; en este caso, lo del “compartían” es puro consuelo y anhelo del autor sobre la vitalidad de su creación. ¿Qué era lo que intentabas Karlik? Dependiendo de tu respuesta te digo qué opino. En ambas opciones siento que hay algunas inconsistencias.
2. Imágenes, ideas (logros) favoritos:
- “Los abogados deben ser firmes, embusteros, los médicos fríos, sensatos, los publicistas dispersos, entusiastas de todo y finalistas de nada.”
- “algunos ojos húmedos de deseo.”
- “papeletas moteadas cayendo del cielo, como copos de nieve; la gente estirando al máximo los brazos flexibles para atrapar, con saltos y sonrisas ansiosas.”
- “La entrada era maravillosa, pero por alguna razón, no había final feliz.”
3. ¿Cuál es el objetivo de dividirlo en dos secciones? No le encuentro sentido alguno.
4. Sábanas / Papel. Excelente.
5. “su mente acechaba un orgasmo, una chispa, una ráfaga”, si ya nombras el orgasmo, ¿para qué asecharlo con metáforas después? Yo escogería el asecho, no la palabra bruta.
6. Magritteando? Ceci n´est pas un couteau?
7. “Esas pequeñas hormigas laboriosas que no se prestan a los amontonamientos en hemiciclos abruptos” éste eres tú, no tu narradora. Salta demasiado de lo demás.
8. No me gusta el final, creo que equivale a la moraleja de la fábula. Si era ésa tu intención, funciona mejor tu texto si no es fábula. Creo que éste final es demasiado predecible, cumple las expectativas iniciales, cierra el ¿cuento? sin dejar puntas sueltas, todo lisito, todo limado: bien amarrado y explicado. Ningún bote a la deriva. Me parece soso. Si de verdad quieres un in medias res (disculpen si me equivoco en el latín –corríjanme-) ¿por qué no terminar en “como el cuchillo...que tampoco podía ser un “cuchillo”…”? (Sólo le agregué puntos suspensivos al final. Tus puntos suspensivos al final podrían ser un punto. No son tan suspensivos…)
9. Como ejercicio me parece interesante…Creo que vas mejorando tu técnica (eres mucho más claro, cuidadoso, estructurado y coherente). Las ideas para tus textos son menos rebuscadas pero no por eso menos interesantes. Me suenas fresco. Eso me encanta…Te estás dejando ir sin perder la calidad. Tienes más confianza en tus ocurrencias y reflexiones…Parece que la chamba te ha sentado bien.
10. Ahora, creo que antes de escribir un cuento con de este tipo, conviene trazar un esquema de la estructura, o analizar (ya hecho) cómo funciona el juego metatextual en cada párrafo. Para que no quede difuso.
11. Ya te dí gusto criticando, ahora déjame elogiarte: Bravo por atreverte a escribir desde un personaje/narrador mujer sobre la sexualidad femenina. Creo que, dentro de la frustración de esta pobre mujer, está muy bien llevado. Sobre ésta misma línea, ¿viste La double vie de Véronique de Kieslowski? Luego platicamos.
12. El cuchillo en la garganta es una imagen muy cierta, sólo que un cuchillo sin filo, jeje.
13. La rosa…¿qué puedo decir? Chafísima la imagen.

Anónimo dijo...

Primero, gracias, comadres, al señor por sus voces, que como digo me encanta el despotrique. En realidad sí se trataba de un ejercicio, el menos acabado, que quise soltar así nomás en vista de que nadie quiso, pero eso suena a excusa. Por eso mejor respondo algunas de sus inquietudes. (debo decir que la mayoría no puedo responderlas, más bien las tomo muy en cuenta para mejorar el original y ya les mostraré la versión corregida y aumentada).

1 Tienen razón sobre lo que dicen de la fábula. Toda la razón. El cuento se llamaba simplemente, la que no acaba. Pero me gusta la aliteración “fabula blandula, vagula”. No estoy de acuerdo sin embargo con que toda fábula tenga que tener moraleja (por ejemplo la fábula de los 3 hermanos de Silvio), sobre todo una fábula que no acaba: aunque tendría razón aquí Mjoe, predecible, círculo demasiado círculo.

2. Sin el marco, la cosa no tiene chiste “compartían....etc” ella y la narradora y el narrador de la narradora.

3. Razón, en lo de la estructura y escaleta que ahora mismo elaboro. Razón, también en las partes poco armónicas y en las partes que no funcionan. En lo de las voces también, aunque aquí habría que probar lectores que no me conocieran, ni mi estilo, para ver exactamente qué partes...pero razón.

4. En lo de plauto, tampoco me parece tan irreal: el personaje está inspirado en hechos de la vida real, créanme, bueno no me crean, en realidad la cosa no es sí existió o no alguien así, la cosa es si el texto permite creer que haya alguien así.. el texto debe hacerlo creíble... excusa de escritor chafa esa de.. pero sí pasa, créanme... Tú que opinas del personaje Mjoe? Caricaturezco? En ese caso, lo difícil es entrarle a la caracterización en un cuentito de 2 cuartillas donde lo que menos hay es espacio para carácter.

5.Prefiero la idea del consuelo y el meta-consuelo. Cubrir el blanco con el otro blanco y disfrutar secretamente que ella no acaba por que yo tampoco (ella personaje yo-naradora). Que conviven en un mismo tiempo narrativo...Razón también aquí el asunto no está del todo logrado.

6. Lo de las dos secciones es para simular una elipsis....Pasa tiempo entre uno y dos..Tomo en cuenta de cualquier forma la sugerencia.

7. El cuchillo yo creo que sí tiene filo. Si no, thanatos y eros no serían hermanos, acuérdate de quien sabe quien que decía que el orgasmo era la muerte chiquita, y tmbién acuérdate de Buñuel. Aquí también hay una idea que no está explotada y que ya pienso en cómo explotarla.

9. No he visto la Verónica de Kieslowsky a ver si pronto.

10. Y por qué Magritte?

11. La rosa TIENE que ser chafísima. Y no es mía es recurrente en los modernistas, Nájera y todos esos copetudos señoritos. Es un homenaje.

Besos y abrazos pa ’quí y pa ’llá.